
Talonar al Correr ¿Bueno o malo?
Talonar al correr es uno de los patrones de pisada más comunes entre corredores populares, pero también uno de los más debatidos. ¿Es realmente perjudicial? ¿Afecta al rendimiento o aumenta el riesgo de lesiones?
Como entrenador con más de una década de experiencia, me he enfrentado muchas veces a esta duda, tanto en atletas que quieren mejorar su técnica como en corredores que buscan correr sin dolor. En este artículo te explico, desde la experiencia real y el análisis técnico, qué significa talonar, cuándo puede ser un problema, cómo corregirlo (si es necesario) y qué dice la ciencia al respecto. Si alguna vez te preguntaste si deberías cambiar tu forma de pisar, aquí tienes todas las respuestas.
¿Qué significa talonar al correr?
Cuando hablamos de "talonar al correr", nos referimos a ese patrón de pisada en el que el primer punto de contacto con el suelo es el talón. Es algo extremadamente común en la mayoría de corredores recreativos, sobre todo aquellos que empiezan o no han trabajado nunca su técnica de carrera.
A nivel visual es fácil de identificar: el pie aterriza con la punta hacia arriba, el talón pega primero, y muchas veces lo hace con la pierna extendida por delante del cuerpo, lo que genera una fuerza de frenado que impide que la zancada fluya de forma natural. Este tipo de impacto no solo puede afectar la economía de carrera, sino también tener repercusiones a nivel de lesiones dependiendo del contexto y del estado físico del corredor.
Hay una razón evolutiva por la que los humanos modernos tienden a talonar: durante miles de años caminamos y corrimos descalzos, pero con la aparición del calzado deportivo moderno —con suela acolchada y talón elevado— se facilitó este patrón de apoyo. El cuerpo se adapta a lo que le damos, y si nos ponemos unas zapatillas con mucho drop y buena amortiguación, es normal que adoptemos una pisada de talón sin cuestionarla.
Sin embargo, el que sea común no significa que sea ideal para todos los casos. Como entrenador con más de 12 años de experiencia, puedo asegurar que el talonamiento al correr es uno de los errores más típicos que veo en la técnica de los corredores. A veces no es grave, pero en muchos otros casos es el origen de pérdidas de eficiencia o molestias repetitivas.
¿Por qué muchos corredores tienden a talonar?
La respuesta a esta pregunta es multifactorial. Hay razones biomecánicas, culturales, evolutivas y también relacionadas con el tipo de entrenamiento y el calzado.
1. Biomecánica natural con calzado moderno: Como ya hemos mencionado, las zapatillas con talones acolchados nos "invitan" a talonar. Cuando el cerebro percibe que hay una suela amortiguada debajo del talón, permite que la pierna se extienda más al frente y que el impacto lo absorba esa zona. Si corrieras descalzo, tu cuerpo cambiaría automáticamente la mecánica para evitar ese golpe directo, normalmente pisando con el mediopié o antepié.
2. Falta de técnica de carrera: Muchos corredores simplemente no han aprendido otra forma de correr. Nadie les ha enseñado cómo moverse de forma más eficiente, y repiten patrones aprendidos desde pequeños o influenciados por los modelos que ven. En el running popular, rara vez se entrena la técnica de forma sistemática.
3. Aumento del rango de zancada: Correr con zancadas largas a veces lleva al error de "sobrepasar" el centro de gravedad, y eso provoca que el pie entre al suelo muy por delante del cuerpo, generando una pisada talonadora por extensión de la pierna. Cuanto más se estira la pierna, más difícil es aterrizar con el mediopié.
4. Poca conciencia corporal: La mayoría de corredores recreativos no tienen una buena percepción de cómo pisan. No sienten dónde impactan, ni cómo se distribuye la carga durante la zancada. Sin esa conciencia, es difícil hacer cambios técnicos sin una guía o supervisión adecuada.
Como entrenador, he aprendido que cambiar este patrón no siempre es lo ideal. Hay que tener cuidado al corregirlo, sobre todo con corredores que sufren de gemelo, sóleo o tendón de Aquiles, ya que al reducir el talonamiento se va a aumentar la carga sobre esta zona y puede ser peor. No es tan simple como "pisar con la punta", se trata de adaptar la mecánica al contexto fisiológico de cada uno.
Ventajas y desventajas de correr talonando
Aquí es donde el tema se pone interesante. A pesar de lo que muchos creen, correr talonando no es automáticamente malo. Lo que hay que evaluar es el cómo y el cuándo.
Posibles ventajas de correr talonando:
Mayor estabilidad: Al entrar con el talón y toda la planta, se proporciona una base estable, especialmente útil para corredores principiantes.
Menor carga en el tendón de Aquiles: Al reducir la dorsiflexión y no exigir tanto a la musculatura del tríceps sural, esta zona puede estar más descargada.
Mejor para ritmos bajos: Muchos corredores de fondo o ultra trail corren de forma parcial con el talón, sobre todo en bajadas o a ritmos suaves.
Desventajas de correr talonando:
Fuerza de frenado: El talón tiende a impactar con la pierna estirada, lo que crea una desaceleración en cada paso.
Impacto vertical más alto: La pisada genera un pico de impacto más abrupto, que puede pasar factura a largo plazo.
Menor eficiencia energética: No aprovechas la elasticidad de músculos y tendones de forma óptima.
He podido observar a lo largo de los años que en corredores con una musculatura de la pantorrilla fuerte y bien entrenada, una disminución del talonamiento va a aumentar la eficiencia al correr, disminuir las fuerzas de frenado y reducir el impacto de cada zancada. Pero, como siempre, todo depende del perfil de cada atleta.
¿Talonar al correr provoca más lesiones?
Esta es una pregunta que muchos se hacen, y la respuesta corta es: no hay evidencia científica sólida de que talonar cause más lesiones que otros tipos de pisada.
Esto puede parecer contraintuitivo, ya que durante años se ha culpado al talonamiento de lesiones en la rodilla, cadera o espalda. Pero los estudios son claros: las tasas de lesiones son similares en corredores que talonan, que pisan con el mediopié o el antepié. Lo que cambia es el tipo de lesión.
Talonadores: suelen sufrir más de rodillas, tibia o espalda baja.
Antepié/mediopié: más propensos a sobrecargas de Aquiles, gemelos y fascia plantar.
A nivel científico, hay controversia y no hay nada demostrado que diga que una pisada talonadora sea peor, ni que cause más lesiones. Pero por ejemplo, he visto muchos casos en los que corredores que sufrían de lesiones de rodilla, al disminuir la zancada y con ello ese talonamiento, lograban evitar esos dolores recurrentes.
Eficiencia y técnica: cómo afecta el talonamiento a tu rendimiento
La eficiencia al correr tiene que ver con cuánta energía necesitas para mantener una determinada velocidad. Correr con técnica adecuada te permite ahorrar energía, aprovechar la elasticidad de tus tendones y mantenerte libre de molestias.
Correr talonando no es necesariamente ineficiente, pero en muchos casos no es la forma más económica de desplazarse. Una técnica más fluida, con una zancada más corta, mayor cadencia y apoyo cercano al centro de gravedad suele ser más eficiente.
Muchos entrenadores observamos que los corredores élite rara vez talonan (excepto en bajadas o cuando están muy fatigados). Eso no es casualidad. Su biomecánica ha evolucionado para optimizar cada paso, y eso generalmente se traduce en apoyos más neutros o de antepié.
Sin embargo, no se trata de copiar mecánicamente a los profesionales. Si un corredor popular intenta correr "de punta" sin tener fuerza suficiente en la cadena posterior, probablemente terminará lesionado.
¿Deberías cambiar tu forma de pisar?
Buena pregunta. Cambiar tu pisada solo porque leíste que talonar “está mal” es una pésima idea. El cuerpo lleva años adaptado a ese patrón, y forzarlo sin supervisión es una receta para el desastre.
Antes de cambiar nada, pregúntate:
¿Tengo molestias o lesiones recurrentes?
¿He trabajado la técnica de carrera alguna vez?
¿Mis zapatillas están alineadas con mi pisada?
¿Mi musculatura de tobillo, gemelos y core está preparada para soportar otro patrón?
Si la respuesta es no a varias de estas preguntas, no cambies nada. Si estás sano, cómodo y corres bien, no hay necesidad de modificar tu forma de pisar.
En cambio, si tienes dolor recurrente o te gustaría mejorar tu eficiencia, puedes empezar con cambios pequeños: aumentar la cadencia, acortar la zancada y hacer trabajo de técnica. Eso, por sí solo, puede transformar tu mecánica sin que lo notes.
Cómo reducir el talonamiento al correr (si es necesario)
Si después de evaluar tu situación decides que reducir tu talonamiento es una buena idea, aquí van algunas recomendaciones que he aplicado con éxito en mis atletas:
1. Aumenta la cadencia
Una cadencia más alta (pasos por minuto) tiende a acortar la zancada y reducir el tiempo de contacto, lo que naturalmente reduce la pisada de talón.
2. Trabaja técnica de carrera
Ejercicios como skipping, talones a glúteos, saltos con pies juntos o técnica de mediopié ayudan a reeducar el patrón de movimiento.
3. Fortalece tu cadena posterior
Si quieres dejar de talonar, necesitas que tus gemelos, sóleo y tendón de Aquiles estén a la altura del desafío. Incluir trabajo de fuerza específica es indispensable.
4. Considera el tipo de zapatilla
Zapatillas con menor drop y buena respuesta te animan a aterrizar más cerca del mediopié. Pero ojo, no cambies de golpe si vienes de modelos muy amortiguados.
5. Hazlo progresivo
No cambies tu forma de correr de un día para otro. Introduce los cambios en tramos cortos, alternando con tu forma habitual, hasta que el nuevo patrón se consolide.
Errores comunes al intentar correr de mediopié o antepié
Aquí es donde muchos se equivocan. Intentan pasar de una pisada talonadora a correr “de puntas” de la noche a la mañana, sin estar preparados para ello.
Los errores más comunes que he visto:
Forzar el apoyo de antepié: termina generando sobrecargas tremendas en el gemelo.
No fortalecer el sóleo y Aquiles: lo que lleva a tendinopatías o calambres.
No cambiar la zancada: siguen corriendo con pasos largos pero apoyan con la punta, lo cual es peor.
No escuchar al cuerpo: si algo duele, hay que parar, no insistir.
Modificar la forma de pisar es un proceso de meses, no de semanas. Necesita planificación, seguimiento y adaptación. La buena noticia es que con paciencia, se puede conseguir.
Recomendaciones finales basadas en experiencia real
Después de trabajar con decenas de corredores a lo largo de más de una década, mi conclusión es clara: talonar no es un pecado, pero puede no ser lo más eficiente.
Cada corredor es un mundo. Algunos necesitan corregirlo para rendir mejor o dejar de lesionarse. Otros pueden seguir talonando y disfrutar corriendo sin problemas.
La clave está en evaluar, entender y actuar con criterio. Escucha a tu cuerpo, apóyate en profesionales y no te obsesiones con lo que dicen los blogs. Si decides hacer un cambio, hazlo bien, con pasos progresivos y controlados.
Reducir el talonamiento no es una moda. Bien aplicado, puede hacerte más eficiente, menos propenso a lesiones y mejorar tu experiencia de correr. Pero si no lo necesitas… no lo toques.