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Tendinopatía de Aquiles: Causas, Síntomas, Tratamiento y Prevención

¿Alguna vez has experimentado dolor en la parte posterior de tu talón o en el tendón de Aquiles mientras corres? Si es así, es posible que estés sufriendo de una tendinopatía de Aquiles. Esta lesión común en corredores puede ser frustrante y limitante, pero con el conocimiento adecuado y el tratamiento adecuado, puedes superarla y volver a correr sin dolor. En este artículo, exploraremos qué es exactamente la tendinopatía de Aquiles, sus síntomas, causas y factores de riesgo, así como estrategias de prevención y los mejores ejercicios para su tratamiento.

¡Sigue leyendo para descubrir cómo superar esta lesión y volver a disfrutar de tus carreras!

¿Qué es la tendinopatía de Aquiles?

La tendinopatía de Aquiles, también conocida como tendinitis de Aquiles, es una afección que implica la degeneración y la inflamación del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla (gemelo) con el hueso del talón. Esta lesión se caracteriza por un dolor agudo o crónico en el área del talón y el tendón, lo que puede dificultar las actividades diarias, especialmente la carrera.

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Síntomas de la tendinopatía de Aquiles:

La tendinopatía de Aquiles se caracteriza por una serie de síntomas que pueden variar en intensidad y duración. Estos síntomas son indicadores importantes para identificar y diagnosticar la presencia de esta lesión en el tendón de Aquiles. A continuación, se describen en detalle los síntomas más comunes asociados con la tendinopatía de Aquiles:

  1. Dolor en el tendón de Aquiles: El síntoma más evidente y frecuente de la tendinopatía de Aquiles es el dolor en la región del tendón. Por lo general, el dolor se localiza justo por encima del talón y puede ser agudo, punzante o una sensación de quemazón. Este dolor suele empeorar durante la actividad física, como correr o saltar, y puede persistir incluso después del ejercicio.

  2. Rigidez y sensibilidad: Junto con el dolor, es común experimentar rigidez y sensibilidad en el área afectada. El tendón de Aquiles puede sentirse rígido al caminar o al levantarse después de períodos de descanso prolongados. Además, la palpación del tendón puede provocar sensibilidad o dolor al tacto.

  3. Hinchazón y aumento de la temperatura local: En algunos casos, la tendinopatía de Aquiles puede estar acompañada de hinchazón en el área afectada. La piel alrededor del tendón puede mostrar un enrojecimiento y aumentar ligeramente la temperatura local debido a la inflamación.

  4. Dolor y dificultad al subir escaleras o caminar en pendiente: Muchos individuos con tendinopatía de Aquiles experimentan dolor y dificultad al subir escaleras o caminar en pendiente ascendente. Estas acciones pueden acentuar la carga en el tendón y provocar molestias adicionales.

  5. Debilidad y disminución del rendimiento: Con el avance de la tendinopatía de Aquiles, es posible que se experimente una sensación de debilidad en el área afectada. Esta debilidad puede llevar a una disminución del rendimiento deportivo y dificultad para realizar actividades cotidianas que requieran el uso del tendón de Aquiles.

Es importante destacar que los síntomas de la tendinopatía de Aquiles pueden variar de una persona a otra y en función de la gravedad de la lesión. Al experimentar alguno de estos síntomas, es recomendable buscar la evaluación de un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o médico especializado en lesiones deportivas, para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Causas de la tendinopatía de Aquiles

La tendinopatía de Aquiles puede ser causada por una serie de factores. El uso excesivo del tendón debido a un aumento repentino de la intensidad o la duración del entrenamiento es una causa común. Otros factores incluyen la mala técnica de carrera, el calzado inadecuado, la falta de calentamiento y estiramiento adecuados, así como desequilibrios musculares y biomecánicos.

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Factores de riesgo de sufrir tendinopatía de Aquiles

La tendinopatía de Aquiles puede verse influenciada por diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esta lesión. A continuación, se detallan algunos de los factores de riesgo más comunes respaldados por estudios científicos:

  1. Actividades deportivas de alto impacto: Participar en deportes que involucran movimientos repetitivos o de alto impacto, como correr, saltar, jugar al baloncesto o al tenis, ha sido identificado como un factor de riesgo significativo para la tendinopatía de Aquiles (Fuente: Maffulli et al., "Overuse Tendon Conditions: Time to Change a Confusing Terminology", Arthroscopy, 1998).

  2. Aumento repentino de la intensidad o la duración del entrenamiento: Un aumento rápido en la intensidad o duración de las actividades físicas, especialmente en corredores y atletas, puede aumentar la carga sobre el tendón de Aquiles y aumentar el riesgo de desarrollar tendinopatía (Fuente: de Jonge et al., "Relationship between training load and Achilles tendinopathy in long-distance runners", American Journal of Sports Medicine, 2009).

  3. Mala técnica de carrera: Una técnica de carrera deficiente, caracterizada por una zancada excesiva, una postura incorrecta o una falta de control en el movimiento, puede generar una mayor tensión en el tendón de Aquiles y aumentar el riesgo de lesiones (Fuente: Ferretti et al., "Biomechanics of the Achilles Tendon", Orthopedic Clinics of North America, 1984).

  4. Calzado inadecuado: Utilizar zapatos deportivos que no proporcionen un adecuado soporte y amortiguación en el talón puede incrementar la carga en el tendón de Aquiles durante la actividad física, aumentando el riesgo de lesiones (Fuente: Silbernagel et al., "Influence of Heel Height on Achilles Tendon Load During Running", Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy, 2007).

  5. Desequilibrios musculares y biomecánicos: Desequilibrios musculares, como una debilidad en los músculos de la pantorrilla o una falta de flexibilidad en los músculos adyacentes, junto con anomalías biomecánicas como un arco alto o pies planos, pueden alterar la mecánica de movimiento y aumentar el estrés en el tendón de Aquiles (Fuentes: Maffulli et al., "Achilles tendon disorders: etiology and epidemiology", Foot and Ankle Clinics, 2005; Malliaras et al., "Achilles and patellar tendinopathy loading programmes: a systematic review comparing clinical outcomes and identifying potential mechanisms for effectiveness", Sports Medicine, 2013).

¿Cómo prevenir la tendinopatía de Aquiles?

La prevención de la tendinopatía de Aquiles es fundamental para mantener la salud y el bienestar de los corredores y deportistas en general. A continuación, te presento algunas estrategias y recomendaciones para prevenir la aparición de esta lesión en el tendón de Aquiles:

  1. Calentamiento adecuado: Antes de comenzar cualquier actividad física, es fundamental realizar un calentamiento adecuado. Esto incluye ejercicios de estiramiento dinámico y activación muscular para preparar los músculos, los tendones y las articulaciones. Un calentamiento apropiado ayuda a mejorar la elasticidad y la resistencia del tendón de Aquiles, reduciendo así el riesgo de lesiones.
  2. Incremento gradual de la intensidad: Es importante evitar aumentos bruscos en la intensidad o la duración de los entrenamientos. Incrementar gradualmente la carga de entrenamiento permite que los tendones y los tejidos se adapten progresivamente a las demandas físicas, reduciendo así el estrés excesivo en el tendón de Aquiles.
  3. Fortalecimiento de los músculos de la pantorrilla: Realizar ejercicios de fortalecimiento específicos para la musculatura del gemelo y sóleo ayudará a reducir el riesgo de tendinopatía de Aquiles. Ejercicios como elevaciones de talones fortalecerán los músculos de la pantorrilla, brindando un mayor soporte al tendón de Aquiles.
  4. Trabajo de flexibilidad y movilidad: Mantener una buena flexibilidad y movilidad en los músculos de la pantorrilla y los músculos adyacentes puede ayudar a prevenir la tendinopatía de Aquiles. Realizar ejercicios de estiramiento estático y dinámico para la pantorrilla, así como para los músculos de la parte posterior de la pierna y los músculos adyacentes, puede mejorar la elasticidad y reducir la tensión en el tendón de Aquiles.
  5. Uso de calzado adecuado: Es fundamental utilizar calzado deportivo adecuado y específico para cada actividad. Los zapatos deben proporcionar un buen soporte, amortiguación y estabilidad, especialmente en el área del talón y el tendón de Aquiles. Reemplazar los zapatos cuando estén desgastados es importante para asegurar un buen nivel de protección y reducir el riesgo de lesiones. Utilizar zapatillas de correr con un drop alto ayudará a quitar tensión a esta zona y evitar que se sobrecargue. 
  6. Escucha a tu cuerpo: Prestar atención a las señales que te envía tu cuerpo es esencial para prevenir lesiones. Si sientes dolor, molestias o fatiga en el área del tendón de Aquiles, es importante detener la actividad y dar tiempo de recuperación al tendón. Ignorar las señales de advertencia puede agravar la lesión y prolongar el proceso de recuperación.

Tratamiento de la tendinopatía de Aquiles:

El tratamiento de la tendinopatía de Aquiles se basa en una combinación de enfoques que abordan el alivio del dolor, la reducción de la inflamación, la promoción de la curación del tejido y la rehabilitación adecuada. A continuación, se detallan diferentes aspectos del tratamiento que pueden ser aplicados según la gravedad y las características individuales de cada caso:

  1. Reposo y modificación de la actividad: En los casos de tendinopatía de Aquiles, es esencial brindar descanso al tendón afectado para permitir su recuperación. Esto puede implicar reducir o modificar la actividad física que provoca dolor o estrés excesivo en el tendón. Es importante evitar actividades de alto impacto, como correr o saltar, durante el período de tratamiento inicial. Reemplaza el correr por otros deportes aeróbicos sin impacto como puede ser ciclismo, natación, elíptica,...
  2. Terapia de frío y calor: La aplicación de compresas frías o bolsas de hielo en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Esto se puede hacer durante 15-20 minutos varias veces al día. Por otro lado, la aplicación de calor en forma de compresas calientes o baños calientes puede promover la circulación sanguínea y la relajación muscular.
  3. Terapia física y ejercicios específicos: La terapia física desempeña un papel crucial en el tratamiento de la tendinopatía de Aquiles. Un fisioterapeuta especializado puede implementar diferentes técnicas, como masaje, movilización articular y terapia manual, para aliviar el dolor y mejorar la función del tendón. Además, se pueden prescribir ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento para rehabilitar el tendón y los músculos circundantes.
  4. Soportes y ortesis: El uso de soportes o dispositivos ortopédicos, como taloneras o plantillas personalizadas, puede brindar soporte adicional al tendón de Aquiles y ayudar a reducir la carga y el estrés en el área afectada. Estos dispositivos pueden ser recomendados por un profesional de la salud según las necesidades individuales de cada paciente.
  5. Modificación de la biomecánica y la técnica de carrera: En algunos casos, puede ser necesario analizar y corregir la biomecánica y la técnica de carrera para reducir la tensión en el tendón de Aquiles. Esto puede incluir cambios en la zancada, la postura y el calzado, así como la incorporación de ejercicios de fortalecimiento y estiramiento específicos para mejorar la alineación y el funcionamiento del cuerpo durante la carrera.

Es importante destacar que el tratamiento de la tendinopatía de Aquiles debe ser individualizado y adaptado a las necesidades y características de cada persona. Es recomendable buscar la orientación de profesionales de la salud, como fisioterapeutas o médicos especializados en lesiones deportivas, para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Mejores ejercicios para curar la tendinopatía de Aquiles:

Cuando se trata de curar la tendinopatía de Aquiles, es importante centrarse en fortalecer y estirar los músculos de la pantorrilla, así como mejorar la flexibilidad y la estabilidad del tendón afectado. Aquí tienes algunos de los mejores ejercicios que puedes incluir en tu programa de rehabilitación:

Ejercicios isométricos de gemelo:

El entrenamiento isométrico ha demostrado ser beneficioso para el tratamiento y la rehabilitación de la tendinopatía de Aquiles. 

Los estudios muestran como la realización de ejercicios isométricos de gemelo disminuyen los síntomas de dolor en el tendón de Aquiles, regenera los tejidos del tendón y fortalece su función.

Ejemplo: realiza 5 series de aguantar 10 segundos arriba la posición elevando el talón del suelo.

Rio, E., et al. (2015). Isometric exercise induces analgesia and reduces inhibition in patellar tendinopathy. Journal of Science and Medicine in Sport, 18(3), 269-273.

Kongsgaard, M., et al. (2007). Corticosteroid injections, eccentric decline squat training and heavy slow resistance training in patellar tendinopathy. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, 19(6), 790-802.

Ejercicios excéntricos de gemelo:

Una vez realizada una primera fase de readaptación con ejercicios isométricos, podemos progresar a ejercicios excéntricos.

El entrenamiento excéntrico ha demostrado ser altamente efectivo en el tratamiento y la rehabilitación de la tendinopatía de Aquiles. Al igual que con los ejercicios isométricos, los estudios científicos muestran como los ejercicios excéntricos de gemelo disminuyen los síntomas de dolor en el tendón de Aquiles, regenera los tejidos del tendón y fortalece su función.

Para la realización del ejercicio centrando el trabajo excéntrico, tienes que subir y realizar la bajada muy despacio, frenando el movimiento.

Ejemplo: Sube los talones con las dos piernas a la vez y baja lentamente solo con una pierna (Vídeo 1). Realiza 10-15 repeticiones.

¿Qué tiempo tarda en sanar una tendinopatía de Aquiles?

La duración del proceso de curación de la tendinitis de Aquiles varía según la gravedad de la lesión y el enfoque de tratamiento utilizado. En general, se necesita tiempo y paciencia, ya que puede llevar varias semanas o incluso meses para una recuperación completa. Es fundamental seguir el plan de tratamiento prescrito por un profesional de la salud y no apresurarse en regresar a la actividad física intensa.

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Espero que te haya gustado este artículo y te permita mejorar los síntomas si sufres dolor en el tendón de Aquiles.

Un saludo y kilómetros!

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